En el punto ¿rojo? de mi Colimador



No me acuerdo cuándo lo leí. Debió ser en los años de secundaria en la escuela José Martí de Ciego de Ávila, un pueblo enaltecido a provincia por la Revolución Cubana, pero nunca por el desarrollo, donde viví durante la mayor parte de mi infancia.

En fin, lo cierto es que como parte del currículo de mi educación marxista-leninista, debí leer En el punto rojo de mi colimador. Este libro, a diferencia de los que devoraba por ese entonces firmados por Julio Verne y Agatha Christie, no me impresionó por el contenido, sino por su título. Recuerdo nítidamente cómo volaban las imágenes del colimador, ¿qué era?, no importa, la palabra sonaba imponente, abrasante, grande, casi mística. Yo me veía en lo alto de mi propio colimador, que aparecía ante mí como una inmensa montaña tipo Olimpo, y desde ahí auscultaba el panorama, mi vida, sus personajes, mi historia, mi pasado y también, un futuro que desconocía.

Ya han pasado varios años (creo que más de 20) y sigo teniendo problemas con el concepto de colimador. Es claro. Mis imágenes adolescentes han sido más fuertes que los diccionarios y la Wikipedia.

El libro inspirador, En el punto rojo de mi colimador, fue escrito por Álvaro Prendes y cuenta las experiencias del autor como piloto de las Fuerzas Armadas Revolucionarias durante el ataque a Bahía de Cochinos. Obviamente, su colimador debió ser el aparato del avión que no estoy muy clara cuál es su función. Infiero también que los que estuvieron en el “punto rojo de su colimador” no la debieron pasar muy bien. Pero, dice la Wikipedia (que todo lo sabe) que colimador también es “un sistema que a partir de un haz (de luz o de electrones) divergente obtiene un ‘haz’ paralelo.”
Ya lo dije, no sé todavía qué es un colimador. Pero aquí estoy parada, en mi colimador que es (como ya saben) una gran montaña misteriosa, inmensa. Ahora la lleno con un haz de luz paralelo, divergente y homogéneo. También puedo agregarle una mirilla. Roja para no desentonar.
Desde aquí podré escribir lo que quiera y espero tener alguien que lea. Siempre desde la perspectiva (no roja) de mi particular Colimador.

Comentarios

Anónimo ha dicho que…
Hola,

Escribiendo algo sobre Alvaro Prendes y al enterarme tarde de su muerte, su blog apareció junto a otros cuando usando el nombre de Alvaro indagaba sobre el escrito dirigido a militares cubanos.

Le escribo, pues leí que usted no tenía idea de lo que es un colimador.

Colimador es la mira que el piloto usa para encuadrar un objetivo con la intención de derribarlo.

Saludos,
Alejandro Roque Gonzáles
ex-piloto de la Fuerza Aerea
http://libre-soberano.blogspot.com/

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